LO SIENTO



Tiene que estar preparada
para cualquier cosa,
¿y qué es cualquier cosa?,
que el paciente se salve
o en cualquier momento
el pitido y la línea recta
que se grafique en esa máquina
anuncie que ha dejado de existir.

Pasó por mi mente que era
muy temprano para que alguien
tuviera que desayunar
una noticia tan dolorosa.
Lo siento señora, usted sabe
que la paciente está muy grave.

No sé si en realidad el médico
lo sentía, a éstas alturas
lo más cotidiano
se vuelve protocolo
de la profesión.

En los pasajes de un hospital
la espera termina matando más pronto
que el desenlace que toque superar.

Llorar no es un consuelo,
mantener la calma
es imposible cuando
las impresiones están demasiado frescas.

Es probable que la ciencia
y los milagros se junten
para dejar en la tierra
lo que todavía no le pertenece al cielo
y es probable que aunque
no se quiera comprender
la muerte deba vencer a la vida
para que descanse en el cielo
lo que no podrá descansar en la tierra.

Cuando vi agachar la cabeza
a aquella señora
sentí que no se resignaría
tan pronto a la muerte de su madre,
que solo quería esconder
sus lágrimas, los demás
la esperaban con noticias alentadoras,
tendría que desde ese instante
aprender a llorar por dentro
y hacer postizas las fuerzas que no tenía.

Si hay mucha gente que se queja
de estar parada, aquí muchos
se irritan de los nervios
de permanecer sentados
para recibir lo mejor
o lo peor del día
que solo se conoce cuando se abre
la puerta del quirófano
y el doctor se acerca a decirte
qué es lo que debes
seguir esperando con paciencia.

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