EMPLEADORES DESHUMANIZADOS


Nació un poema
del berrinche
que me estoy haciendo,
de esa voz de mando
que no tengo
porque no insulto,
porque de mi voz
no se escapan los gritos,
porque en casa
me enseñaron
a pedir las cosas
de favor.

No es siempre lo mismo,
lo mismo me pasa
porque no he cambiado
mis conceptos,
porque en mi formación
la autoridad no se la adquiere
con la necesidad
de generar temor
en los demás.

Nació un poema
de las lágrimas
de una compañera
que aparenta
estar acostumbrada
al maltrato de la jefa.

Sus sentimientos
no podían ocultarse,
por eso tomé la carta
y la llevé al cliente,
mientras ella refregaba
sus ojos e intentaba
secarse por fuera
lo que llovía por dentro.

Nació un poema
de la impotencia
al conocer que una compañera
en una jornada de trabajo
muy fatigada se desmayó
y a la gran jefa no le importó,
fue incapaz de llamar a la ambulancia
y por eso los clientes hicieron
lo que a ella le restó hasta la última
pizca de humanidad. 

Aquella que solo era
una empleada más,
después de recibir
los primeros auxilios
tuvo que regresar a trabajar
como si fuera una máquina
a la que acababan de reparar.

Nació un poema
para esos empleadores deshumanizados
que ven a los empleados
como aparatos
para reproducir dinero
a cambio de un miserable sueldo.

Nació un poema
cuando supe
que se atrasan con los salarios
de los empleados,
que de todo se excusan
para multarlos y sumarles
más miseria a las migajas que reciben
como pago por sus horas de trabajo.

Nació un poema
y ya no estoy allí
soportando el hostigamiento…
Por necesidad es natural
para muchos aguantarle
todo al jefe.
Por necesidad y dignidad
es para otros
no quedarse callados
y aprender a reclamar
las injusticias
sin que eso sea entendido
como un acto de majadería.


Comentarios

Entradas populares de este blog

EMELEC TRICAMPEÓN

SI HE DE VIVIR

PACHAMAMA