No es tú color, es el cielo que lo siento tan cerca cada vez que te veo alcanzar una estrella. En 1957 te convertiste en el Primer Campeón del Torneo Nacional, desde ahí con disciplina y esfuerzo fuiste superando las derrotas para levantar más que los trofeos el orgullo de tú hinchada que siempre en su boca tiene palabras de aliento para tus gloriosos jugadores que te llevan prendido Bombillo en sus corazones. Eres un grande del astillero, en 1961 y 1965 te convertiste en el 'Ballet Azul', en el constructor de dos estrellas más que reconquistaron las almas de la fanaticada. En 1972 y 1979 marcaste tú protagonismo, pintaste de azul todas las canchas y en 1988 te pusiste otra vez de pie con la victoria después de un desliz en tú primera categoría. En 1993 y 1994 nos legaste el primer bicampeonato y en el 2001 y 2002 replicas tú hazaña. En el 2013 y 2014 regresaste a co...
No estaba en su habitación, estaba abriendo el refrigerador tomando lo primero que veía, viendo todo de forma aturdida. Mordía un pedazo de mortadela, a ella no le gustaban los embutidos. En sus pasos estaba sin ser, al llegar a su cuarto pensaba para ser. Quería olvidar que existía, quería pensar sin ser ella, ella estaba envuelta en papeles, los papeles eran la sábana de su colchón. Ayer pasó toda la noche despierta, sus emociones de grises, su bata mojada de lágrimas y el insomnio ingerido de su café. Se guardó en su misterio, se confesaba cuando escribía, cargaba con un vacío, se miraba como a una intrusa. Salía de casa con excusas, más de una noche que no soñaba, las almohadas estaban frías, las clases no compensaban sus sacrificios. Ayer tomó pastillas para estar despierta, para no morir de sueño en el trabajo, para amanecer desvelada estudiando, para no ser interrumpida por el cansancio. Esta noche ...
Y me quedaría todo el tiempo junto a ella, avanzando muchos kilómetros en esta vida sin gasolina, tan sólo con la fuerza de este corazón que es tan rosa como ella, que no deja de entrenarse en cada nuevo desafío. Juntas somos una misma, juntas encontramos esos lugares maravillosos que nos hacen vivir el paraíso. Ella es el antídoto para mis penas, las alas de mi libertad, la sonrisa de mi felicidad, la paz cuando mis pensamientos se encuentran en guerra. Ella es mi bicicleta, mi mejor amiga, la que conoce todo lo que he recorrido y lo que pienso recorrer, la que no me abandona en ninguna cuesta, la que me acelera y la que me frena. Ella, que pareciera tan sólo un objeto, un medio de transporte alternativo, es compañera en todo momento con muy pocas preguntas y muchas respuestas. Junto a ella la felicidad que he conseguido no tiene precio ni fecha de caducidad y por más kilómetros de f...
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