LUCES DE AMISTAD
Después de tanto tiempo de ser amigas, después de la secundaria en que me quedara en nuestra patria y ella fuera para Italia, me aguijaron las manos y abrí esos álbumes, los sentía como algodones en mis ojos y leí las fotografías, se abrieron los cerrojos. En el albor estaban perfilados nuestros rostros, nuestras anécdotas, nuestras poses de adolescentes que ríen sin saber si mañana estarían cerca, suspirando un amor, aventurando quimeras. No tenía nada planeado para hoy y apareció María diciendo: “apúrate Tatiana que el bus nos deja”, entonces recogía los libros y cuadernos de mi pupitre y los metía en la maleta, siempre ella de prisa y yo muy tibia. Si en la Fontana de Trevi ella pidiera un deseo, espero que sea que nuestra amistad siga marcada como un petroglifo, recordará a Ecuador, yo anhelaré viajar a Italia y traerme una postal con su sonrisa más esmerada.