MORIR PARA NACER
Es la ley de la vida nacer para morir y más veces pienso que la ley es morir para volver a nacer. La muerte nos arranca las flores del ejido, nos deja a oscuras cuando el solo recién empieza a rayar el día. La muerte nos arrebata de la tierra un cuerpo y se nos lleva al infinito una estrella como un guiño y nos hace transparente el sufrimiento. Unos se van yendo, otros se van quedando para pronto partir y otros nos verán emprender el viaje eterno. La vida es corta para hacer tantas cosas y en los cortos de la vida muchos logran hacer más de lo que imaginan. La resignación no es calmar el dolor, el amor es la calma del cuerpo, solo el amor nos ayuda a comprender ausencias y a amar el legado de quien se nos fue. No puede la muerte con el amor, el amor tiene una sola razón: vivir para siempre, siempre que se viva con amor la muerte es corta, la vida es pródiga.