MORIR PARA NACER
Es la ley de la vida
nacer para morir
y más veces pienso
que la ley es morir
para volver a nacer.
La muerte nos arranca
las flores del ejido,
nos deja a oscuras
cuando el solo recién
empieza a rayar el día.
La muerte nos arrebata
de la tierra un cuerpo
y se nos lleva al infinito
una estrella como un guiño
y nos hace transparente el sufrimiento.
Unos se van yendo,
otros se van quedando
para pronto partir
y otros nos verán emprender
el viaje eterno.
La vida es corta
para hacer tantas cosas
y en los cortos de la vida
muchos logran hacer
más de lo que imaginan.
La resignación no es calmar el dolor,
el amor es la calma del cuerpo,
solo el amor nos ayuda
a comprender ausencias
y a amar el legado de quien se nos fue.
No puede la muerte con el amor,
el amor tiene una sola razón:
vivir para siempre,
siempre que se viva con amor
la muerte es corta, la vida es pródiga.
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