LADRÓN DE POEMAS
Tú sed no se podría prorrogar, viniste a llevarte gota por gota las lágrimas de mis trovas, enjuagaste tú semblante con ellas y las bebiste todas hasta la saciedad. Asaltaste mis renglones, probaste mis versos, te metiste en mis cántaros y descubriste mis enojos prendiéndose como fuego en mis ojos. Robaste la simiente de mis besos, arrancaste del papel mis sonrojos, te quedaste con mi aliento, deleitándote del néctar que se derretía en mis labios con total pasión. Desarmaste mis poemas, te presentaste como un caballero y resultaste ser un ladrón de cuello blanco que se llevó por pieza mis alboradas, mis inspiraciones, mis razones, mi media luna en las líneas relatando la noche y solo me dejaste la tempestad de tus caricias en estas hojas vacías. Llegaste como visitante y te fuiste como ladrón de mi libertad, de mi primera ilusión. Ahora que te escribo apareces como sombra. En la distancia te vuelves un río ma...