LUCES DE AMISTAD
Después de tanto tiempo de ser amigas,
después de la secundaria en que me quedara
en nuestra patria y ella fuera para
Italia,
me aguijaron las manos y abrí esos
álbumes,
los sentía como algodones en mis ojos
y leí las fotografías, se abrieron los
cerrojos.
En el albor estaban perfilados
nuestros rostros, nuestras anécdotas,
nuestras poses de adolescentes
que ríen sin saber si mañana
estarían cerca, suspirando
un amor, aventurando quimeras.
No tenía nada planeado para hoy
y apareció María diciendo:
“apúrate Tatiana que el bus nos deja”,
entonces recogía los libros y cuadernos
de mi pupitre y los metía en la maleta,
siempre ella de prisa y yo muy tibia.
Si en la Fontana de Trevi
ella pidiera un deseo, espero que sea
que nuestra amistad siga marcada
como un petroglifo, recordará a Ecuador,
yo anhelaré viajar a Italia y traerme
una postal con su sonrisa más esmerada.
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