DERROCHE DE VIDA
Amaneció el día y la noche en este mundo de derroche. Ana se revienta una espinilla frente al espejo de su baño. Eduardo hace poco se acostó, el turno de la noche lo derrotó. María espera el bus en la estación equivocada, nadie le dará la dirección de su vida si se queda en el mismo sitio, guardando en el silencio las ganas de cruzar la calle, las ganas de preguntar cómo puede llegar a su destino. Fernando no encuentra motivos para seguir viviendo. Estefanía encontró en la vida los motivos para superar la enfermedad que hasta ahora la ha vencido. A Carla le celebran la quinceañera con el préstamo que sus padres hicieron en el banco. Los cincuenta de Juan son otro pretexto para que sus hijos puedan celebrar con cerveza los años dorados de su papá. No hay cama para todos, es por eso que cada vez que viajo de un sitio a otro me doy cuenta que los puentes se van quedando de albergues. Rosa no tiene vestido ...