PLÁTICAS CON EL FLACO
La tertulia empezó,
somos dos,
no hay acta de convocatoria,
pero sí suficiente quórum
para la cesión. Tú y yo.
Asuntos a tratar
en el orden del día:
todo lo que pensamos
y nada de lo que pensemos
olvidar antes de clausurar.
Flaco, te cuento
que los militantes
me dijeron que me sobra
ética para ser política
y que soy demasiada política
para ser de su movimiento.
Flaca ya
te he dicho
como son las cosas en el país.
En el país las cosas son como
las manda el que se cree ‘más vivo’
y los que no se creen, obedecen.
Es cierto
flaco,
es más… he estado meditando
este tema de las exigencias académicas,
que aplaudo en su punto
porque deben ser profesionales
calificados los que asuman
determinados cargos
para garantizar en cualquier
ámbito el desarrollo exitoso del país,
pero mi inquietud es:
¿quiénes les exigen un alto grado
de conocimiento en sus puestos
a nuestros gobernantes, ministros
y demás actores políticos?
La respuesta sería:
nosotros los ciudadanos,
ahora te pregunto:
¿cuándo nosotros hemos planteado
que además de la edad
y el derecho de elegir
y ser elegido, que lo tenemos todos,
se complemente el conocimiento
en el área y la aplicación
de principios éticos
(no los de los patrocinadores
de partidos, sino los que nos
responsabilizan ante la nación)
como requisitos para candidatearse.
Tal parece que en el país
los ciudadanos después
de la posesión de un gobierno
solo esperamos recibir órdenes.
Flaca, sucede que democracia
no es que nos convoquen a las urnas,
es que las urnas sean convocadas
por nosotros los ciudadanos,
los únicos que tenemos potestad
para expresar nuestras decisiones
en el momento que consideremos
conveniente.
Flaco, nuestras pláticas
nos hacen repensar todo
lo que escuchamos y miramos
en los medios, los que por cierto
en cada entrevista
hacen propaganda por su candidato,
los entrevistadores preguntan
y ellos mismos se responden,
pero acá tú y yo nos preguntamos,
deliberamos respuestas,
conversamos como ministros de estado,
discutimos como no tener
comisión en la asamblea
y aprendemos
de la gente como los
que nos están gobernando,
con la diferencia
que nosotros le hacemos caso
a la gente porque estamos
entre la gente
aplicando la mayéutica.
Hermano, mi flaco,
creo que nos hemos dado cuenta
que con tantos movimientos y partidos
nuestra democracia más
se hace pedazos y los repartidores
no tienen vergüenza de duplicarse
para saquearse a jirones la patria.
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