ELLA SE CONFIESA

Siento temor de ella,
la veo perderse en sus sombras
cuando intenta calmar
sus iras en dos cucharaditas
y media de Don café,
y mover sus melancolías
con dos cucharaditas de azúcar.

Cada vez hierven más sus recuerdos,
la siento encenderse en un verso
creyendo escaparse de un momento.
Ella está en alguna avenida,
queriendo soñar su realidad,
alejándose de todos,
acercándose a sí misma.

Me parece que está enloqueciendo,
que su corazón se está cansando
de palpitar, tengo miedo que algún
día duerma, pero jamás pueda despertar.
No está loca, su locura es apartarse
de los convencionalismos, entregarse
toda, dar todo su amor
y recibir las cachetadas del mundo.

Sus pensamientos se agitan,
su libertad no se libera en estas líneas,
cree que a las verdades le faltan mentiras,
que a los sueños dormir un poco más,
que a las memorias un sorbito de olvido
y a las heridas una abertura más
para cerrarse con acero.

Así de loco está el mundo,
así de loca la están poniendo,
la injusticia es lo que más le duele,
todos los crímenes cometidos a los demás
la desvelan aunque a los otros
no los desvelen, aunque nadie
se desvele por ella.

La noto fastidiada, aborrece toda
esa mediocridad que la rodea,
ya no quiere ver morir tantos anhelos,
presenciar como el tiempo avanza
y la historia se detiene.

Ella conserva muchos instantes,
su juventud pasa al otoño,
su ansiedad por conocerlo aún es
de primavera, ella no entiende
si podrá por fin debatir
el contenido de éste planeta
con los primeros besos
manchados de humanidad en sus labios.

El papel parece desilusionarla,
pues todavía permanece en blanco
ese amor que sigue esperando
si es que ya llegó y no se ha
dado cuenta por su promesa
de renunciar a la felicidad personal.

Sus ojeras se acentúan,
se perfilan en su insomnio,
doparse para conciliar
cuatro horas de descanso nocturno
la han convertido en una adicta
que pretende acostarse con la luna
y despertar antes que amanezca
para prepararse con ejercicios físicos
ante los que no moldean su cuerpo
con la voluntad de certificarse como humanos.

Ella me provoca contarles
que vivir en un burbuja,
es vivir a voluntad,
pero con valor para respirar
todas las incomprensiones
de todos quienes te acompañan
en esa burbuja, creyendo que
solo tú puedes ser el más fuerte.