FANTASMA DE AMOR
De
las letras a los números
hay
mucho que contar ésta vez.
Estás
empacando mis partidas
quizás
porque me estoy yendo;
el
café de amaretto que me serviste
es
tan corto que ya tengo que irme.
El
perfume de tus besos
que
nunca fueron
es
el aroma de mis cuadernos,
siempre
estuviste flotando
en
mis adentros.
Es
probable que con éste pastel
de
banano nuestra conversación
sea
más extensa. El sabor
extraño
que me dejas es el
de
una habitación sin pareja.
Eres
tan perfecto imaginándote,
eres
todo un caos distendiendo
las
sábanas de ese colchón
reforzado
de alambres.
Tengo
sed por rescatarte
de
dónde ahora pasas
fingiendo
que estás feliz.
Me
amanecí dibujando tus labios,
entre
pasa y pasa la ansiedad
por
echarte de menos
sigue
siendo esperarte.
Me
has dejado un poema
como
coágulo en las venas,
entonces
es demasiado tarde
para
no causarme daño.
Tus
rosas permanecen marchitas
en
las trovas de Neruda.
Las
canciones con las que me hiciste
asomar
al balcón están entonándose
en
las notas de Andrés Calamaro,
sé
que no quieres que
te
clave mis puñales,
pero
sigues sin florecer en mi jardín
y
yo ya me cansé de regarte.
Cuando
venía a visitarte
un
cuentero me anunciaba
el
regreso de tú llegada
y
yo no se lo compré
porque
ya aprendí a vivir sin ti,
total
siempre fuiste
un
fantasma para mi corazón.
Soy
tan necia que las vistas
se
me están nublando
de
tanto mirarte con
sangre
en el blanco de mi traje.
Yo
te sigo amando en la tierra,
no
dudaré que tú lo estás
haciendo
entre el cielo
y
el infierno. No he traído
velas
porque el viento
las
apaga cuando de ti me despido.
Te
he traído solo mi presencia,
las
flores son inútiles
si
al voltear la espalda
otros
se las llevan.
Los
que se aman en vivo
al
tiempo llegan al divorcio y al suicidio.
Los
que amamos a los extintos
matamos
el olvido
y
nos casamos con los fantasmas
de
los días que se quedan
sostenidos
en lo que fueron.
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