LOS AÑOS QUE NOS DEJA
Cruzando todos los días esa puerta
con la sonrisa de oreja a oreja
llega a visitarnos con sus ocurrencias.
Solo usted nos hace levantar la cabeza,
solo usted nos distrae de las tareas
para prestar atención a su buen
sentido del humor.
Esta tarde nos llenó
el alma de su emoción,
vimos humedecer sus ojos
y el deseo de llorar
después de tanta risa.
¡Tranquilo! que todos
desafinamos alguna vez,
por no decir todas las veces
que no nos escuchan.
Sí… todos tenemos el derecho
a llorar para soplar
un año más de nuestras vidas.
La acumulación del tiempo
se celebra con pastel
y hoy notamos su preocupación
porque mientras unos reciben juventud
usted recibe a la vejez.
Abuelo… y ¿si supiera los años
que nos deja?,
permítanos decirle
que todos sus años
están trabajados con sus manos,
afianzados con sus huellas,
sufridos con sus venas,
felices con la capacidad
y el optimismo de su mente.
Los años que nos deja
se quedan en nuestro corazón,
sé que son tantos
y porque son tantos
nos sentimos jubilosos
de compartirlos junto a usted.
Hoy probó entre frutilla y vainilla
sus sesenta y más años
admirados por estos muchachos
a los que antes de irse
les dijo: “gracias… no me esperaba
ésta sorpresa”.
Los años son gratos
con seres gratos como usted,
no lo olvide abuelo
y si la melancolía
le cayó de sorpresa
usted sabe cómo sorprenderla
y atacarla de la risa.
¡Feliz
cumpleaños!
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