EL AYER ES TÚ PESADILLA
Pediste una señal para tú vida
y me convertí en un indicio,
en uno de tus dedos
que enumerabas sin contarlos,
en uno de esos momentos
en los que clamabas permanecer
dormido antes de que la vida
en ti despertara.
Dormir para siempre,
eso pedías con la angustia del presente.
Amaneciste conmemorando el ayer,
frustrado en tú misma sonrisa,
mirando con eternidad el día,
con un pie en el pasado,
y con el otro estacionado
en los bordes de la obra
de tú vida de la que consideras
aún no tener luz verde para estrenar.
Recorriendo la habitación,
con una de taza de café
recogías las escenas
para empezar a rodar
la película de lo que hasta
hoy ha sido tú existencia.
El material que editabas
era una muestra de muecas,
cada una diseñada
para hacer sonreír a los demás.
Sientes que las carcajadas te duelen,
que fuiste un payaso
simulando estar alegre.
Es hora de que te arranques
las melancolías, prepárate
una cita para que platiques contigo,
deja que tú cuerpo y tú alma
vuelvan a contraer nupcias,
implórale a tú tiempo que no regrese
a llorar la infelicidad que imaginas.
Amigo, si el ayer es tú pesadilla,
esta noche te invito a soñar.
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