MARCHA DEL RÍO
El río
sigue su curso, en ocasiones con las aguas bajas, en otras con un torrente
imparable, así ha de seguir mi vida entre los rocíos de mi rostro y los reflejos
del sol. Hay golpes bajos como la vertiente que se escurre entre las piedras,
hay música que te calma el alma como la que escucho de aquí, desde las aguas
mansas y fieras.
Mañana,
los cristales de este arroyo brillarán con más intensidad que hoy, el sol encenderá
en mi rostro y la tristeza se irá esta tarde por donde el día se apagó.
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