PACHAMAMA
Es
la Madre Tierra
que
un día nos brinda todo
sin
pedirnos nada a cambio
y
los seres humanos
nos
aprovechamos de ella.
Es
la Madre Tierra
que
otro día va arrasando con todo
y
nosotros no sabemos
cómo
afrontar su enojo.
¿Cómo
saber si la Tierra
está
temblando por dentro de dolor
o
se está prendiendo de coraje?
Los
seres humanos siempre hemos alterado
su
geografía, hemos colocado en ella
ostentosas
infraestructuras
creyendo
que su vientre siempre las sostendría,
nunca
imaginamos que las demolería.
Es
ella, la Pachamama
en
nuestro idioma ancestral,
la
que nos cobijó en su vientre,
la
que solo nos pidió
que
no la pateáramos tanto,
que
no hiciéramos travesuras
con
sus raíces, que no ensuciáramos
sus
ríos y mares, porque ella
también
es de tierra como nuestros cuerpos.
Es
la Pachamama la que ahora
quiere
expulsarnos y no para traernos
al
mundo si no para retirarnos de él.
Es
prematuro, eso pensamos,
la
Pachamama no puede abandonarnos.
¿Cómo
podemos suplicarle
si
jamás la cuidamos?
Hay
fallas geológicas, es cierto.
Las
placas tectónicas también rozan,
está
comprobado científicamente.
Se
acumulan sedimentos en las laderas
de
las montañas, nadie puede negarlo,
pero
nuestra Pachamama también
llora,
llora en silencio, se ahoga
entre
lágrimas sin que nadie
pueda
escucharla,
eso
nadie lo ha estudiado.
Ya
no puede más nuestra Pachamama,
se
cansó, se está desahogando,
se
está estremeciendo
y
nosotros solo quedamos
atrapados
entre escombros,
eso
fue lo que construimos
para
enterrarnos.
Es
la Pachamama, nadie puede culparla
cuando
los culpables somos nosotros.
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