¿Si ríes, si lloras, si sientes?
¿Si
ríes?,
¿si
lloras?,
¿si
sientes?
Sí
río…
Sí
lloro…
Sí
siento…
Soy
ser humano,
no
la creación robótica
de
los humanos.
¿De
qué ríes?,
¿de
qué lloras?,
¿de
qué sientes?,
Río
cuando veo al río
que
es como un niño;
corre
y corre todo el tiempo,
no
hace daño,
más
una de sus inusitadas
travesuras
pueden provocar
tremendos
desastres.
Río
cuando la corriente crece
de
aquel río que se ha cansado
de
oír que no corra,
que
se va a caer
y
al final los que se caen
son
los que se lo han replicado.
Lloro
cuando me incomodo
por
no poder reír por lo que tu ríes,
porque
tus bromas
no
son de mi humor,
porque
tu risa
tiene
el acento de ofensa.
Lloro,
antes mucho,
ahora
muy poco.
Lloro
cuando la injusticia
se
cuelga en mis ojos,
cuando
los demás miran
mi
vida como si fuera
el
fracaso más tonto,
y
ya no lloro por eso,
porque
aprendí
a
reírme de mi misma,
de
las ironías de los demás.
Siento
que eso siento
cuando
lloro, cuando río,
cuando
voy aumentando
pasos
en mi camino,
cuando
me escapo del planeta
en
un pensamiento extraño.
No
puedo reír los chistes de tu risa,
no
puedo llorar los motivos
de
tu llanto,
no
puedo escuchar lo que oyes,
respirar
tus olores, saborear tus gustos,
mirar
con los mismos ojos
lo
que observas con tanta atención.
No
puedo, porque tus experiencias
no
son las mías
ni
las mías son las tuyas
y
lo mejor es que podemos
mezclarlas
como el blanco y el azul.
Y
sí reí cada vez que intentaste
provocarme
la risa,
y
sí lloré cuando supe
que
nunca tuviste ganas
de
reír conmigo,
que
la risa de un actor
era
más sincera que la tuya.
Y
sí sentí que te amé,
que
te amé tanto
hasta
perder la ilusión
con
tantas mentiras
que
se fueron abriendo
mientras
te creía.
Pensaste
que era sobrenatural
para
no sentir
y
ya ves que no es así.
El
desamor se siente
como
un clavo que nunca
te
sacaron.
Y
el volver a empezar
tiene
un mejor sabor
después
de aprender
a
reír, a llorar, a sentir
con
todos los sentidos.
Escrito en:
Cuenca,
15 de julio de 2016
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