Amor primero
Lo habría dejado para otro momento,
mas todos los momentos
acompañándonos fueron encuentros
no planificados y el corazón empezó respondiendo.
No podría ser otra vez,
porque esta es la primera vez
que he dejado a mi cuerpo
sentir con toda confianza
sus dulces manos
hasta llegar al primer beso,
ese beso tímido
que se fue liberando
en la pasión de sus labios.
Ya no hubiese podido
esperar más,
la inocencia desde
su lecho salvaje deseaba
compartir su carne
con otro aliento
y en su piel diluir
ese dulce sentimiento
que ya empezó
a ser inevitable,
que fue creciendo,
y que a pesar de que los miedos
intentaron detenerlo,
el amor con seguridad los venció.
Y fue su abrazo,
el primero dándole calor
a mi cuerpo embriagado,
reprimido por el frío,
buscando con temor un nido,
el que me dejó posar mis ojos en él
con otra mirada,
una mirada aún intoxicada
por la desconfianza,
invadida por recuerdos ingratos,
una mirada que se atrevió
a preguntarle por sus sentimientos
y que ha guardado en sus pupilas
su rostro inquieto ante aquella pregunta
que en un principio se respondió
con un no sé y que en pocos segundos
continuó contestándose
con el fuerte palpitar de su corazón,
mientras permanecía aproximado
a mi pecho. “No sé qué me pasa contigo
que has acelerado todos mis latidos”,
fueron sus escasas palabras
pronunciadas en aquella noche.
Y ahora nuestros momentos
los voy contando en desorden
como cuando alboroto
los mechones de su cabello
en cada beso, materia
de la que me ha permitido
beber de su experiencia.
Es un niño adulto
volviendo a amar
como si nunca lo hubiese hecho.
Es un niño jugando con mis locuras,
es un loco amando cada centímetro
de mi cuerpo,
navegando en mis pensamientos,
conquistándome cada día
como si el tiempo estuviese detenido
en el momento en el que nos desvestimos
de los nervios y nos atrevimos
a probar el dulce de frutas
al que nos sabe este enamoramiento.
Es un sueño real,
la realidad más soñada,
el amor que siempre describí
en mis tiempos libres,
del que quería enamorarme,
el que anhelaba que me conquistara
y el que soñaba conquistar
con mi personalidad.
Es un amor libre,
no hay amor sin libertad,
es un amor loco,
muchas locuras se hacen con amor.
Es un amor que nos ha hecho más sanos,
hay sanaciones que se logran sólo con amor.
Es un amor que va madurando
en cada conversación.
Es un amor que me ha provocado
volver a la poesía
para ir escribiendo estos instantes
transparentes y bellos de mi vida
que al mismo tiempo
se van almacenando
en fotografías que nos van recordando
las alturas de nuestros sueños,
el vértigo que se vence con un beso,
el amor que se ve desde arriba
soltando los brazos,
gritando de tanta alegría,
suspirando de tanta dicha.
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